Opiniones Críticos


Patricia Martinez Dufour

Cuando la mancha va adquiriendo la dimensión que la fantasía que su creadora impone, surge la historia, la redacción de un mensaje expresado sin apresuramientos, pero con mucha brillantez, con aditamentos de adjetivos, dados por las construcciones lineales, por la solidez del contorno dibujístico, por el ensayo de los planos peleando su primer lugar. Indiana plasma en estos paisajes alegóricos una inconfundible estilización de sus objetos afectivos mas cercanos, al tiempo que dota cada resultado por la manifestación de un lenguaje ingenuo la selección de los infinitos fragmentos que consolidan cada construcción,Todo con la rica habilidad que precisa este arte para trasmitir el purismo de una intención.

Patricia Martinez Dufour, Rosario, 1988

María Teresa Taret

Sus obras expresan "La alegría de vivir?en sus manchas cromáticas que nacen luego a la forma y entablan un verdadero diálogo, una sincera unidad entre animales, seres y cosas de la naturaleza. Independiente en su arte, evadida de las clasificaciones, convirtiendo su quehacer plástico en una fábula emotiva y dando muestra de una infantilidad innata tan necesaria como la otra, que adquiere concientemente y nos muestra la sencilla espontaneidad de un mundo íntimo y de un mundo real.

María Teresa Taret, Rosario 1988

Cézar Magrini

Aunque esta joven y talentosa artista no lo consigna explícitamente en su programa en el cual detalla someramente sus múltiples actividades, lo cierto es que ha obtenido, a lo largo de su poblada carrera, muchas y muy merecidas distinciones y más de un conspicuo premio. Con respecto a su obra, no es ejemplo de demasiada parca, ni de insensible al declarar: "Atracción y fascinación es lo que me produce el surgir de la nada una obra, el diálogo silencioso entre la obra y yo. El mundo que nos invade y nos hiere, en mi obra te acaricia y me acaricia, y los momento que el tiempo se lleva, mi pintura los atesora, convirtiéndose en pequeños relicarios?. De donde se deduce que la pintura puede ser , para Indiana Domizi, un refugio para el mundo exterior, pero a la vez, un mundo también, y con exigencias propias. Lo testimonia su pintura, con cierto indefinible aire oriental, rica en colores y de diseño que también hace pensar en las miniaturas persas, y donde los resultados son de alegría, emoción, entusiasmo y de extraña, muy extraña belleza.

Cézar Magrini, Buenos Aires, 1998
Del libro "Argentina, su pintura Ingenua
 

Cézar Magrini

Pintura entre dos mundos
Y cautivante por igual, la de Indiana Domizi Sarmiento. Podría jugar aquí con el contrapunto telúrico que se entremezcla las raíces europeo¬indígenas de su nombre y de su apellido, pero de sobra, y con gusto, me reemplaza en esa tarea la elocuencia entrecruzada de sus cuadros. Sus caseríos son cuidados, nítidos, prolijos hasta la obsesión pero sin asomo siquiera de la dureza de esta última; por el contrario, fluyen con la confianza y con el tierno apuro del manantial. Original en el diseño y en la composición de cada una de sus telas, Indiana Domizi estipula con ellas un juego mágico pero no inaccesible, tierno y henchido de fantasía: criaturas de la imaginación y del alma, que atravesados por la alquimia de los sentimientos, se abren finalmente ante nuestros dichosamente abiertos ojos para seducirlos y para encandilarlos. Y respondiendo a dos fragantes mundos, la obra de Indiana Domizi parece responder, por una parte, a un meditativo torbellino interior; por la otra, a un prometido paraíso, en el cual es posible, la limpieza de corazón de por medio, encontrar la paz del espíritu, el reposo para las siempre inoportunas pasiones, y una defensa contra los males de la existencia. Paz y amor, tales las divisas de esta artista, tan cercana en su obra al sortilegio de la infancia, e impregnada en su misma reparadora tibieza.

Cézar Magrini
Escritor y Critico de Arte, Buenos Aires, 1998

Nilda Marruco


La obra de Indiana Domizi Sarmiento se nos presenta como un bello poema. Lo intuitivo juega un papel preponderante en sus pinturas. Avanza hacia la comunicación, eliminando cualquier obstáculo entre la idea y el espectador.
Sus composiciones fluctúan entre el paisaje y la figura humana. Esta última, es un terreno de permanente recurrencia en la artista. Es allí donde la artista refleja su espíritu agudo y su gran sensibilidad, porque se permite la licencia de apropiarse de la realidad, la infancia de sus hijos, y trabajarlas sobre la tela con un finísimo sentido del trazo y del color.


Nilda Marruco
Del libro Realismo Mágico, Buenos Aires, 2006
Indiana Domizi Sarmiento Artista Plástica - CABA - Argentina - ids2312@hotmail.com
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